Se trata de un jipi conocido como Chucho el barbudo, soltando verbo sobre sus divinas enseñanzas a sus apóstoles (pueden darle clic para ampliar). Dejen sus opiniones sobre el tema, no sean gachos, para que las lean nuestros amigos de la Conferencia del Episcopado Mexicano, que ya nos dijeron que nos leen para hacer tiempo mientras se desocupan el baño y los catálogos de lencería del soriana que tienen en sus revisteros, pinches cerdos. Salú.

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