¡Chopenjágüer, Chopenjágüer!

Noticulo en la cultura / En algún lugar de la tropicalísima, exuberante y revolucionaria selva de Zacapu, Michoacán :B / Por un extraño impulso raramente visto en su inopia intelectual, el Teo me encomendó la publicación de esta efeméride. O tal vez sea una forma harto enfermiza de nostalgia que le ha llevado a homenajear a cierto personaje de paso efímero por chivasrayadas.com, conocido en los barrios bajos como El protegido por el ala del Ave Fénix.

Pues bien, sépanse amigos que conmemoramos un año más del natalicio del filósofo alemán Arthur Schopenhauer, quien al igual que cualquier otro mortal nació un día. Ese día fue el 22 de febrero de 1788, y el lugar donde se encontraba su madrecita para aliviarse (¿o sea que el Chopenjágüer era una enfermedad o qué pex? :B) fue la ciudad alemana de Danzig (la actual Gdánsk, en la actual Polonia, de la actual Europa que hay en el actual planeta Tierra).

Schopenhauer fue contemporáneo de otros grandes pensadores, como Goethe, Fichte o Schleiermacher, y pasó buena parte de su existencia dándose de sombrerazos y pellizcos con Hegel; cosa curiosa, no fue un lío de faldas ni fue porque tuvieran el mismo horario de clases en la Universidad, sino simple y llanamente, porque ambos eran de pocas pulgas y sus egos algo robustos.

Antes de que llegue cualquier pelagatos a su foro de Internet favorito y los quiera apantallar por haber leído dos artículos de revistas atrasadas en el consultorio del dentista y la solapa de algún libro de filosofía antes de que lo corrieran de la librería, les comentamos que la obra cumbre del autor en cuestión fue El mundo como voluntad y representación (1818), mismo que fue modificado en dos ocasiones.

Se dice que Schopenhauer fue influido por el pensamiento oriental de las filosofías hinduista y budista, motivo por el cual, y al igual que como sucede con varios ecólogos, profesó un fuerte respeto y amor por la naturaleza. La notable diferencia es que mientras Schopenhauer declaró en su momento que "Ni el mundo es una chapuza para nuestro uso ni los animales son un producto de fábrica para nuestra utilidad", algunos ecólogos celebran su conexión con la naturaleza comiendo medio marrano en la cena de Navidad.

En fin, pues, que el estimado Schopenhauer murió en Frankfurt (cuna de las famosas salchichas que se cuecen en agua y se sirven con panecillos, mostaza y otros condimentos), a consecuencia de un paro cardiorrespiratorio (todavía no queda claro si se debió a la aterioesclerosis que le ocasionó el consumo de embutidos, ricos en grasas saturadas, o bien, a que una poca de la pasta de rábanos picantes con que solía acompañarlos "se le fue por otro lado" mientras maldecía a la dialéctica hegeliana y le generó asfixia), el 21 de septiembre de 1860.

Don Chopen legó a la humanidad una obra filosófica de notable importancia que influyó en escritores y pensadores de los siglos XIX y XX como Sigmund Freud, Friedrich Nietzsche, Thomas Mann, Émile Cioran o Jorge Luis Borges, entre otros muchos. Cabe señalar que incluso algunos cretinos ha retomado su pensamiento, aunque sin entenderlo del todo, y luego han intentado utilizarlo para tratar de lucirse en algún espacio virtual dedicado al Rebaño Sagrado, tal como lo recuerda nuestro eminente Cutrebot. Pos bueno, cada quién sus vacíos existenciales...

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